Se profundiza el pesimismo en el rubro financiero ad portas del término del año
Medición del CEEN-UDD reveló un desánimo comparable con el predominante a mediados de 2020, meses donde el país estaba especialmente afectado la pandemia del Covid-19.
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Ni el mundial de fútbol ni los aires navideños ni la proximidad de las vacaciones pareció evitar un nuevo deterioro en el ánimo de los negocios. Durante noviembre, el Índice de Confianza Empresarial (ICE) que elabora mensualmente el Centro de Estudios en Economía y Negocios (CEEN) de la Universidad del Desarrollo retrocedió cinco puntos para teñirse aún más de pesimismo y ubicarse en su nivel más bajo desde mediados de 2020.
Una comparación nada auspiciosa considerando que ese año estuvo marcado por los nocivos efectos sanitarios y económicos provocados por la pandemia del Covid-19, incluidos confinamientos y una caída del Producto Interno Bruto (PIB) que alcanzó al 6%.
La caída del ICE el mes pasado se reflejó en retrocesos de la confianza por sobre todo en los sectores financiero y minería, mientras que en el resto de los seis rubros medidos no tuvo mayor variación.
En el área de las finanzas, se trató de un descenso más acentuado –tres niveles versus los dos de octubre- para hundirse hasta un estado “extraordinariamente pesimista” debido principalmente a peores percepciones sobre la situación del negocio y contratación de trabajadores a tres meses, además de resultados recientes más negativos de lo esperado.
Los últimos antecedentes de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) muestran que los nuevos créditos comerciales aumentaron 9% en septiembre comparado con igual mes de 2021, mientras los de consumo en cuotas bajaron 11% y los hipotecarios anotaron una contracción de 45%.
Y este comportamiento se ha dado en un escenario de incremento del costo del crédito luego que el Banco Central llevara la tasa de política monetaria hasta un nivel de 11,25%, donde la ratificó el martes.
En cuanto a la minería, el desánimo se acentuó debido principalmente a desempeños poco auspiciosos.
Poco pudo hacer el incremento mensual de casi 9% que protagonizó el precio del cobre en noviembre hasta a US$ 3,72 la libra, mejor mes desde octubre de 2021.
El cuadro de pesimismo -aunque en grados distintos- lo completan los rubros agrícola, construcción e industria.
En el mundo ruralhubo una mejoría en las percepciones sobre el costo de los insumos, pero que fue contrarrestada por retrocesos en la proyección a tres meses de la situación económica y de la contratación de trabajadores.
¿Y el ajuste del consumo?
El comercio sigue siendo la excepción entre las ramas de la economía que contempla el ICE al ubicarse en noviembre en un estado “neutral”, es decir, ni bueno ni malo.
Esto, pese a que los indicadores muestran un evidente ajuste en el consumo por parte de la población, que se ha reflejado en caídas de las ventas minoristas y de supermercados en los últimos meses en medio de una menor liquidez de los hogares y una alta inflación.
Pero esto último podría haber topado ya techo. De hecho, la percepción sobre el costo de los insumos -una de las seis que mide el ICE- dejó de deteriorarse, aunque sin alejarse del extraordinario pesimismo en que ha sumido este año.
También se atenuaron durante noviembre las negativas perspectivas sobre los inventarios.
Donde sí hubo mayor desánimo fue en relación a las expectativas sobre el negocio en cada uno de las áreas medidas, así como la proyección sobre sumar más trabajadores.
En este contexto, la visión de los empresarios sobre la situación del negocio en los últimos meses, relativa a la que habían esperado, volvió a retroceder para instalarse en un estado “muy pesimista”.
Un cuadro en el que probablemente han influido -como lo confirmó el miércoles el Banco Central- las expectativas de una caída del PIB para el próximo año y precios internos que persistirán aún lejos de la meta de 3%.